Vivir Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, entrega y arrepentimiento. Ese ha sido el espíritu de estos días en el colegio. Distintas actividades vivenciaron los alumnos, quienes han podido seguir las huellas del Señor, rezar y volver a lo esencial.
Iniciamos la semana celebrando, en familia, Domingo de Ramos. Se reunió gran parte de la comunidad mariana en el aula del colegio. El día martes, se realizó adoración por curso en nuestra capilla; un tiempo para regresar al corazón de Jesús y contemplarlo.
Hoy, miércoles, hemos podido profundizar y vivir distintas representaciones del camino de Cristo. Vía Crucis por ciclo, compartir la “Última Cena” en cada sala, lavar las manos -como gesto de humildad y amor- a nuestros compañeros y presenciar la obra “Cristo Roto”, han sido algunas de las actividades realizadas en el colegio.
Hemos experimentado días de profunda reflexión y espiritualidad. Nuestros equipos de pastoral y formación han preparado cada actividad, con el objetivo que nuestros alumnos y alumnas tengan vivencias concretas, para crecer en el amor a Dios.
“La historia de la pasión del Señor es eternamente nueva y eternamente antigua. Cuanto más profundamente nos adentramos nosotros mismos en ella, cuanto más estrechamente la unamos a nuestro propio camino de sufrimiento y de cruz, tanto más profundo entrará en nuestro afecto…”
P. Kentenich